El Peregrino

Durante la

jueves, 24 de junio de 2010

Sobre la existencia de la realidad

Un ensayo sobre la realidad...
¿Qué es la realidad? Cualquiera podría decirnos que la realidad es aquello que nos rodea, el día, la noche, las estaciones, la convivencia con otros seres (vivos, inertes) el frío, el calor, los sentimientos, las experiencias, pero ¿es esto cierto? No.



Todo lo enumerado en el párrafo anterior solo da una vaga muestra de lo cerrada de la visión del ser humano ante la realidad que se manifiesta día con día si es que se puede decir así, el paso del tiempo, el frío, el calor, las experiencias, todo lo que nos rodea no es más que una simple percepción de la realidad, la realidad se nos presenta como una cuestión inminente que creemos desafiar día a día; desde el inicio de los tiempos el hombre ha buscado una manera de entender todo aquello que lo rodea, a falta de garras, velocidad piel dura o pelo que le protegieran de otros animales el ser humano se creyó superior a todo al desarrollar la inteligencia y el lenguaje como medio de supervivencia, esto lo llevó a “dominar” el fuego, descubrir la agricultura y el ganado, volverse sedentario luego de muchos años de ser nómada siguiendo a los demás animales.


Sí, el hombre se creyó y se cree superior cuando en realidad el lenguaje es la mentira más ruin que ha creado hacia su propia existencia, el lenguaje le ha ayudado a conocer a los otros humanos, le ha ayudado a conocer el entorno, la realidad, crear cultura, pensamiento, ¿porque sería un acto tan ruin semejante virtud? Porque es mentira, el lenguaje no ha mostrado la realidad, ha mostrado percepciones, no ha ayudado a conocer el entorno, le ha dado nombre, no le ha dado pensamiento, le ha hecho creer que lo tiene, el lenguaje nos muestra lo ciegos y limitados que estamos ante la realidad, no podemos conocer la realidad porque no hay nada que nos la haga notar, un científico puede hablar de un árbol, puede decir que es una planta, que tiene raíces, que tiene hojas, que con las hojas toma luz del sol, con las raíces toma agua y minerales y dentro de su cuerpo lleva a cabo el proceso llamado fotosíntesis, pero nunca el hombre tuvo alguna revelación que le confirmara este hecho, y esto es gracias a que no podemos confiar de los sentimientos para conocer la realidad, y mucho menos en el lenguaje, el hombre al momento de usar el lenguaje le puso nombre al árbol, a las raíces, a las hojas, pero son solo nombres, representaciones de la realidad, percepciones si se le quiere ver de esa manera, pero nunca la realidad como tal.


¿Por qué no podemos confiar de nuestros sentidos y percepciones? Kahlil Gibran nos ilustra esta idea en uno de sus cuentos en su libro “El Loco”, este es “El rey sabio”, en este cuento Gibran nos narra la historia acerca de un rey muy sabio que poseía un único pozo del que bebían él y todos los habitantes de su reino, una bruja en el afán de atentar contra el orden del reino envenenó el agua de manera tal que cualquiera que bebiese del agua automáticamente se volvería loco, con el paso de los días, todo el pueblo había caído en la locura siendo el rey y su ministro los únicos cuerdos dado que no habían bebido del agua envenenada; corrieron los rumores que el rey y su ministro habían enloquecido y estos al dudar de que tan cierto fuera bebieron del agua para sanarse...


En este cuento se nos explica perfectamente eso, no podemos fiarnos de nuestras percepciones porque ¿quién tiene la respuesta correcta? ¿Quién sabe cuál es la verdadera realidad? No hay nadie porque las percepciones hacen que la realidad sea distinta para cada quién, ¿podríamos hablar de varias realidades? No, porque ni siquiera tenemos seguridad en la existencia de los otros seres y entes que le rodean a uno, según Descartes y su duda metódica solo podemos estar seguros de nuestra existencia, y esta es porque pensamos, porque tenemos la capacidad de cuestionar todo lo que nos rodea en búsqueda de una verdad, aparte pongamos el caso hipotético de encontrarse ante un ente “superior” llámesele “Dios”, “Ser superior”, “Energía creadora”, “Orden supremo” y este ente nos presentara la realidad tal cual es, de igual manera nos sería imposible el conocerla, supongamos que la conociéramos, pero entonces valdría la pena cuestionar ¿porqué la posee este ser superior? ¿Qué me asegura que la “realidad” que viene a presentarme este ente es la verdadera y no una percepción de este ente superior? ¿Por qué un ente superior habría de percibir la realidad? ¿Qué nos asegura la existencia del ente superior y que no es una falsa ilusión de nuestros precarios sentidos? No, lo queramos o no, no hay posibilidad de conocer la realidad; el hombre sin embargo se ha hecho de la vista gorda para decir que conoce su realidad, es así que inventó ciencias como química, biología, física, historia, matemáticas, creo enormes estructuras acerca del funcionamientos del universo, el espacio, los seres vivos e incluso la vida misma; todo esto puras mentiras infames que no nos permiten ver más allá de lo que nos muestran nuestras percepciones, el creer que el lenguaje es un elemento que nos hace superiores a los animales es una blasfemia hacia el orden natural si es que este existe, el lenguaje no es más que la máxima expresión de las percepciones, es el arte de ponerle un nombre a todo para poderlo analizar, pero este análisis solo es una percepción de lo que podría ser. Vale la pena citar para esto un capítulo de la serie estadounidense Friends donde se hace un chiste acerca de este asunto, Phoebe en una discusión dice no creer en la evolución como teoría del origen de las especies, a lo que Ross siendo paleontólogo le muestra cráneos y huesos, le habla de Darwin demostrando que es un conocimiento científico y por lo tanto es de fiar, a lo que ella le demuestra que puede verse todo eso pero son teorías y no hay manera de probarlas, ni aún volviendo en el tiempo se puede probar dado que no sabríamos si nos enfrentamos al pasado de nuestra realidad o al de una realidad paralela, no podemos saberlo. La ciencia se basa sobre las percepciones y medidas que toma acerca de otras tantas cosas que percibe por lo cual es difícil de confiar en ella ya que ni siquiera podemos saber de manera estricta si lo que toma de medida para su estudio es real, si puede ser verídico el entender al lenguaje como realidad dado que solo es una representación, un nombre para definir ciertas acciones, fenómenos, entes o sucesos.


Para mostrar lo alejados que estamos de la realidad hay que tomar en cuenta las ideas de Platón acerca de lo que es la realidad “verdadera” y la realidad “aparente” más conocidas como mundo de las ideas y mundo de las percepciones, uno puede a lo largo de su vida conocer como es un caballo, haber visto uno en una granja, en el campo, o simplemente en alguna película, es de conocimiento común que los caballos relinchan, tienen cuatro patas, ciertos colores y una forma más o menos definida, sin embargo al momento de evocar con el lenguaje a este ser nos encontramos ante un sinfín de opciones, porque no es lo mismo un caballo negro a uno blanco, uno café o uno manchado, más si hablamos de especies, es muy distinto un alazán a un percherón, y estos a un árabe o un cuarto de milla, esto lo podemos aprender mediante el lenguaje que le ha asignado un nombre a cada especie según su lugar de origen y a ciertas características que todos los caballos comparten, pero esto lo vemos mediante el mundo de las percepciones, sin embargo el lenguaje va más allá de manera que en el momento en que uno escribe o dice la palabra caballo uno puede imaginar al ser de cuatro patas del que hablamos, pero aún así sigue siendo una percepción porqué por más que describamos un caballo a fondo (por ejemplo mala cara color tostado de crin larga y cola por el suelo) la imagen a la que uno hará referencia será completamente distinta a la que podría hacer otra persona, es entonces que uno podría decir –¿pero si se enseña una foto será el mismo caballo para todos? Tampoco así podría ser, porque entonces tendríamos ante nosotros la percepción de una fotografía y no de un mismo animal, es más llegando al punto que todos estuviéramos ante el mismo animal, cada quién está parado en un ángulo distinto, trae consigo distintas cargas psicológicas, educacionales, y temperamentales por lo que aún siendo el mismo animal, cada quién tendrá una idea distinta de él como en el chiste de los ciegos describiendo el elefante, el que agarre las piernas dirá que el elefante es como un montón de pilares, el que agarre las orejas dirá que es como una cortina que se agita con cierta periodicidad, el que agarre la trompa dirá que es como una gran serpiente gorda, pero ninguno tendrá una idea verdadera acerca del elefante, solo tendrán aquello que las percepciones le mostraron, lo mismo pasa con el lenguaje, crea ideas pero cada quién las percibe a su manera por lo que es imposible el que todos interpreten lo mismo.


Es entonces que analizamos un extremo aún más grande de la mentira que es el lenguaje, una vez que damos nombre a nuestras percepciones y nos sentimos realizados porque creemos entender el mundo exterior, entonces llegamos a otro punto del lenguaje, que es el arte, no conformes con el usar el lenguaje para referirnos a ciertas percepciones lo usamos para referir a nuestros sentimientos, lo deformamos y acomodamos de manera tal que podamos disfrutar de lo que otro diga mientras compartimos los sentimientos que trato de manifestar al momento de hacer arte, pero tampoco podemos hacerlo al máximo, volvemos a lo del caballo no todos los mensajes ni ideas son iguales para todos por la diferencia de percepciones, aparte si el artista explicara el que quiso expresar al momento de hacer su obra tampoco eso nos daría la realidad sobre la obra porque se entendería que es la manera en que él interpretó dicha percepción de la realidad, pero gracias al lenguaje usado en la obra también nosotros podríamos hacer una interpretación con nuestras propias percepciones pero eso tampoco nos daría la realidad sobre la obra, es alejarnos aún más de la realidad dado que es el percibir una percepción ajena a nuestra realidad.


Nuestro destino ante la realidad es trágico, queramos o no, no existe manera en que conozcamos la realidad como tal, podemos percibirla y contentarnos con ello, podemos hacer análisis como los científicos en búsqueda de la realidad agarrándose de sus propias percepciones pero lamentablemente o afortunadamente jamás llegaremos a la realidad absoluta, de cualquier manera, el hombre puede desear conocer la realidad absoluta, pero ¿acaso el hombre tiene noción de dicha aspiración? ¿Acaso el hombre si tuviera la posibilidad de tener acceso a la realidad sabría a que se expone? Probablemente no, quizás la realidad es demasiado “buena” para conocerse y esto haga que siempre aspiremos a un mundo más perfecto, o puede ser demasiado “mala” como para soportarla, son incógnitas bajo las que debemos vivir dado que nuestras limitaciones no nos permiten ver más allá de nuestras percepciones, no podemos entender más allá del lenguaje y en dado caso que pudiéramos no habría manera en que pudiéramos expresarlo a los demás, maldito sea Platón al momento que hizo la teoría de la caverna y maldito sea Descartes en el momento en que instituyó su duda metódica y nos demostró que solo podemos tener seguridad de nuestra propia existencia.