El Peregrino

Durante la

lunes, 21 de marzo de 2011

Desvariando en el desayuno...

Desvariando en el desayuno, algo muy común en una sociedad tan estoica como orquestada como la actual.
Desvariando sobre palabras y sus sentidos, porque claro las palabras tienen muchos sentidos, no solo su sentido específico ni su doble sentido, pueden tener triple sentido, hasta cuádruple sentido, todo depende del sentido que se les de, pero no debemos abusar del sentido de las palabras buscándoles nuevos sentidos, es como querer encontrar nuevos sentidos para una vida ya escrita o para una canción a medio terminar, como querer cambiar el final de un cuento inconcluso o querer reinventar una receta jamás probada... Todos desvariamos sobre el sentido de nuestro desayuno... de nuestro desayuno, comida, cena y de nuestra ropa, porque claro los de arriba pueden usar calcetas rojas o azules, pero al final todos sabemos que sus calzoncillos son color blanco, a veces un blanco medio rosado, otras medio verdoso pero eso depende del brillo que haya en sus pupilas, porque los ojos son la ventana del alma y por tanto esta puede asomarse a través de ellos para contemplar la creación de un caos organizado.
La vida es un desvarío constante donde cada día se avanza más que la noche anterior, como quién corre por una espiral, claro que para algunos la vida es como una dona donde siempre se quiere llegar al relleno pero no se logra pasar de su única cara ¡maldita banda de moebius! y si esto fuera poco nos encontramos aquellos seres poseídos por los narcóticos de la oscuridad y la luz que buscan demostrar que todo lo que brilla sigue sin ser oro, o que el tesoro detrás del arcoíris es un campo de cosecha y conservas, aquellos que preferimos evitar los rostros de mil máscaras para ser la máscara de los mil rostros, los que nos vemos hundidos en un túnel oscuro y húmedo de donde entramos y salimos cada vez con más velocidad, cada vez con más fuerza y con más profundidad, donde si quisieramos parar solo sería un método para retrasar lo inevitable y el enfrentamiento ante la belleza de engendrar un conocimiento, porque claro la vida cada vez avanza más rápido, empieza siendo un niño en un triciclo para terminar compitiendo contra un mono encima de un escuálido perro de aluminio y caucho. Decidme lector ¿acaso encontráis sentido en el ir y venir de un leñador, de una moto sierra cortando un árbol, donde lo eterno se derrumba en segundos para formar un establecimiento donde los de arriba pueden salir enseñando sus miembros a través de sus ajustados calzoncillos blancos y sus calcetas coloridas, a veces tanto que ofenden la mirada; por decir algo, el azul pinta muy bien colgando con un par de nubes a su alrededor, con una mota amarilla y un recuadro marrón, pero es desagradable con recuadro amarillo y columnas marrones con remates en olivo; mismo el rojo, una puesta de rojo puede ser subliminalmente bella, el rojo derramado puede ser antiestoico y poco melodramático, pero el rojo desteñido en rosa o iluminado a amarillo es tan desagradable como pensar en los de arriba quitandose los calzoncillos, aunque muy a menudo suelen bajarlos, vuelven locas a las mareas de máscaras y suelen estar acompañadas de flatulencias potenciadas en un micrófono; algunos afirman que los de arriba son seres invertidos, han dejado de ser simios con razonamiento analítico para ser seres capaces de defecar por la cavidad bucal en vez de la urinaria, algunos ni siquiera se conforman con eso, adornan sus heces con bellos acompañamientos de luces y voces emitidas por seres de madera y metal, o de petróleo aleado, luego las venden ante máscaras que las consumen y las hacen figurar entre los diez mandamientos de toda buena cucaracha....
Pero en fin si eso es por lo que se desvaría entonces sería bueno pensar en desvariar sobre como desvariar algún tema de más altura, no es lo mismo desvariar en la punta de un cerro a hacerlo en el Aconcagua, el frío y la humedad hacen que el león se cubra de osos de colores y pies de corcho y aluminio, la vista se torna más profunda con cada inhalación más corta y cada adaptación a la perspectiva, sin importar si esta es de 90, 45, 180 o a veces 360, entonces descubrimos que no hay norte ni sur porque tampoco hay este ni oeste simplemente es el hoyo de la dona que la vida no nos deja conocer y que a algunos que hemos sidos capaces de morder dentro suyo pudimos deducir que el exterior era de tierra y agua al igual que aquellos que buscaron amor y esperanzas desenterrando luciérnagas en un pantano.
Disney podrá ser un gran tipo y haber hecho la unión entre la realidad y la realidad, los dibujos reflejan el impacto de un proyectil hacia el cerebro al momento de entrar en el mundo del consumo de los hongos de fantasía y las píldoras de realidad, lo triste es que al tomar las segundas nos damos cuenta de la verdad de las historias... una vagina abierta en medio del bosque cubriéndose nada más que con una capucha roja, un ratón qué masacra a un gato y la eterna lucha entre bolsillos que cobran vida para lanzar centellas y golpes a otros bolsillos.
¿Qué sentido tiene la vida sin el desvarío? ¿qué sentido tiene que no sea mayor que el que puede tener un vaso a medio llenar de efervescencia para curar una garganta afligida por la desolación de un alma hundida? ¿qué sentido que sea menos humilde que el de un sonido en medio de la noche, un color en medio de una pupila y una sensación en el mar interior? y si todo esto fuera la grandeza de su gran sentido el solo ser de color amarillo maíz, combinado con verde olivo y negro profundo, motas de blanco frío y un toque de rojo vino ¿no sería más bella entonces que la heces más grande defecadas por alguno de los de arriba? ¿no sería más sublime que las finas curvas de las nalgas de una mujer o la pronunciación de su marcado busto? Entonces aparecería el verdadero erotismo engalanado y vestido de noche, solo como él sabe hacerlo, no como nosotros creemos, ese que hemos visto con nuestra mente, que hemos escuchado con nuestras manos y tocado con nuestros sentidos es el tanatísmo en su esplendor, hundido en sus propias defecaciones y conduciendo a cualquiera hacia una guarida de colores pastel y crema batida donde los bragueras sostienen cuerpos violentados y alienados, donde el sin sentido cobra el sentido de la inexsistencia y la banalidad...
Amigos este es mi desvarío en el desayuno, son las 2 y media de la mañana, la luna se ha puesto brillante y resplandeciente en el marco negro, como si fuera una almeja que espera ser penetrada para enseñar su perla dorada, este es mi desvarío, un viaje diurno por las cavidades más profundas de la oscura noche y su silencio, finalmente este es mi desvarío durante el desayuno, un testamento, un motín de guerra, un secreto de estado a voces, contado por aquellos que tienen las bocas cosidas y los brazos amputados.
Un auto cruza la calle, se escucha el ruido de un perro, de fondo la computadora emite un leve sonido de ventilación, otro auto vuelve a pasar, el frío de la noche parece alvergar un sabor dulce, dulce como la nostalgia de lugares inexsitentes y situaciones sublimes dentro de lo efímero de la mente desconocida.
Volvió a pasar otro auto.