El Peregrino

Durante la

miércoles, 4 de marzo de 2015

Hora de presentarse

Es momento de presentarse, soy Carlos Alberto , argentino, inmigrante en un país cuya belleza es menospreciada al igual que el trabajo de su gente, parece la espina de todos los países latinos, un mal gobierno y una cultura oprimida.
Visto botas y barba de algunos días, remeras negras y alguna camisa a cuadros, pulceras de distintas culturas, anillos protectores y alguna joya de la verdad (lo se, los 90´s se fueron y la idea de amor y paz hippie aún más) pero lo admito me quedé atrasado, es una forma extraña de asumir que no deseo pertenecer al status quo, aunque lamentablemente la moda también haya encontrado como acercarse a más personas.
Es el año 2015 ya nadie escribe dramático y castigándose por los males del mundo o las estupideces del pasado, las marchas son politizadas, los amigos se separan y los amores no duran, el estudio no significa ser exitoso, el dinero no implica la seguridad, los sueños adormecen más que motivar,  dicho sea de paso me vendría bien un cigarro, aunque no fumo se detectar esa necesidad suicida que lentamente cubre la mente al cuestionarse por el sentido de las cosas; no puedo creer como la gente estuvo detrás mio cuando me golpee la cabeza varias veces al intentar cuestionar el sentido de todo, digamos que fueron pacientes conmigo, que me trataron con el mismo cariño con el que se trata a un niño con miedo, quizás a un niño que sufre por la muerte de su mascota o por el regaño de no pasar un examen.
Admito la acidez de mis palabras en el pasado, digamos que fue un experimento, ver hasta donde llega la mente humana, el obligarse de una forma racional a explicar lo irracional, parece todo lo mismo pero solo es porque es la misma mano quien lo escribe. Me pregunto que sera eso que nos hace cuestionar todo y no mantener la boca callada como suele hacerlo el resto del mundo, a veces creo que es un poco inocente y en cierto modo infantil, será que los adultos ya dan todo por sentado y entonces no se animan a cuestionar lo que sucede; hablar de valores es tan patético como el querer enseñarlos, el que tiene valores se convierte en el villano de las situaciones, la moral es imposible dado que es tan cerrada como abiertos son quienes la violan.
El hombre del ahora es aquél capaz de hacer de su trabajo y su vida la realización de sus sueños, una lucha interesante tomando en cuenta que el dinero lo tenemos metido hasta las orejas, me pregunto que sueños pueden existir teniendo una venda en la mirada.
20 años fuera de casa solo sirven para entender que no existe refugio ni hogar en esta vida, nos escondemos entre 4 paredes y vivimos bajo la idea de estar seguros, tener algo propio y lo único propio que existe es la necesidad de tener algo propio si no es que eso también ya había sido prefabricado. Quizás sea eso lo que hace a la gente soñar, la realidad es tan dura por si misma que preferimos decir que existen los sueños y algo hermoso para poder apaciguar un tanta realidad, al fin y al cabo el hombre es una criatura de rituales, un ser de creencias y un espíritu de fe, por más olvidado que se tenga. Creo que ahora si quiero un cigarro, o quizás quiera olvidar por un momento ese peso sin ser pesado que implica la existencia.
Admito que nunca mentí, siempre me ha gustado la noche, la soledad y las calles, la lluvia, el amor y creer en algo, el romanticismo y golpe de pecho fue solo una manera de exaltarlo, un reclamo de un niño pequeño que aún no entiende como funcionan las cosas en esta vida, quizás por eso estoy escribiendo esto ahora, porque aún tengo las mismas dudas que hace años, y solo me doy cuenta que estoy más viejo y más decepcionado y golpeado, pero con más hambre de entender si es que hay algo que merezca ser entendido. Creo que no quiero el cigarro, todavía necesito vida circulando en mi cuerpo.