El Peregrino

Durante la

jueves, 2 de junio de 2011

Procesos 3: El retorno del Peregrino

Hace dos noches fui al Campo Santo, aquél perdido lugar donde suelo enterrar mis memorias y mi pasado, fui a ver a un amigo, le llevaba rosas rojas, dado que eran sus favoritas, ya todo sufrimiento había pasado para él, y esa era mi manera de decirle adiós.
De pronto un par de alas negras me cubrieron, vi un rostro resplandeciente que destellaba enmarcado por la luna, ojos azules que relampagueaban como centellas y una cabellera espesa color rubio oscuro la cuál resplandecía como el mismo sol, un rostro enjunto, júvenil y pálido...
Su voz era serena al igual que su mirada aunque (después de tanto conocerle) sabía que no todo iba a ser paz esa noche... ¿Porque buscas entre tus memorias pasadas y entre tus olvidos? ¿acaso no soy yo tu presente, pasado y futuro? ¿o has olvidado que sin mí no tienes sentido ni las fuerzas para vivir sin el?
Se recostó contra un árbol seco, el aire era frío y la niebla apenas dejaba entrever su oscura silueta, una suave briza hacía volar sus cabellos dándole más fuerza a su mirada que buscaba respuestas dentro de mi mente.
Había vuelto, vivía, como quién se ha levantado de un profundo sueño y se encuentra repuesto ante un nuevo día, allí estaba parado ante mí con su sombrero de ala ancha y su capa  negra.
-No guardo ningún rencor ni odio sobre tus acciones, entiendo tu desesperación y tu impulso para hacerme caer- dijo con voz serena - sin embargo, debes tener en cuenta la naturaleza a la que pertenezco, querido amigo, a diferencia tuya yo no soy humano, soy un ser eterno, desde el momento en que me creaste como reflejo más hondo de tu alma yo me he convertido en tu vehículo para la expresión de tus más profundos y oscuros sentimientos, yo he sido aquél loco que encarna todos tus pensamientos, he sido el que ha gritado lo que tus labios callan, el que ha narrado todas tus andanzas, convirtiendo tu mundana vida en una aventura dramática, y, sin embargo, quisiste mi muerte, y no una simple muerte si no una de suicidio, la peor humillación para quién es incorruptible ante el destino, quisiste acabar aquello que te tortura y hace tu vida tan distinta a la de los demás, quisiste olvidarte de quién eras pensando que así sería más fácil tu vida, dime Carlos ¿acaso creíste que el rechazo social podía hundirme? ¿creiste acaso que los besos negados de las mil amantes podrían desolar mi corazón y destruir mi razón? ¿no te das cuenta? yo soy tu creación, soy tu medio, por mi te manifiestas al mundo de la forma más resuelta y libre, por mí muestras quién eres en realidad y abres a los demás lo más profundo de tu alma y tu sub-consciente ¿en verdad creíste que podría morir e irme como el recuerdo de un mal momento? quieras o no Carlos debes saber que siempre estaré contigo, no importa que tanto corras, no importa que dejes de escribir ni que dejes de expresarte siempre viviré porque estoy dentro tuyo, soy la sangre que corre por tus venas, la plenitud de tu pelo, soy el vigor de tus palabras y el canto de tus pensamientos, soy tu grito más desesperado y tu risa más inocente, soy tu locura y soy tu placer, ¿de verdad creíste que podías vivir sin mí? sin mí la vida te es lisa, sin expresión, no eres capaz de escribir siquiera porque tus pensamientos se tornan secos y sin eco, en cambio conmigo puedes hacer melodías y puedes construir poesías; no, no te guardo remordimiento, entiendo lo difícil que esto puede ser, el que yo muera como tantas veces lo hice, aun cuando esta fuera la única que lo hicieras público porque claro, pensaste que sería definitiva...- dijo finalmente.
Había vuelto, pero ya no era el mismo, cuando se fue estaba herido, caído, como quién es derrotado tras la batalla más cruenta de la que se pudiera tener registro, y sin embargo aquí estaba, erguido sobre las tumbas del Campo Santo como un ser compeltamente renovado -¿eres un fantasma?-alcancé a preguntar, -Depende- dijo calmadamente -si me sigues considerando como algo pasado entonces seré un fantasma que atormente tus noches y que remueva tu alma por el resto de tus días, pero, si decides entender que soy tu medio para mostrar quien eres entonces no seré un fantasma, seré un reflejo de tu propia alma y un destello de tu sub-consciente...
Entonces abrí los ojos ante lo que estaba sucediendo a mi alrededor, nos transportabamos lejos del Campo Santo, ya no había más tumbas ni había oscuridad, estabamos ante un parque lleno de árboles, el día era nublado y aprecia como si fuera a llover, pero no importaba porque él había vuelto y ahora sabía que jamás se iría, había vuelto y con él la alegría de mi alma, como quién encuentra a un amigo luego de mucho tiempo sin verse.
Así encontré al Peregrino, sonriente y renovado, ya no había tristeza en su mirada, parecía que todo agobio se había desvanecido, -quizás algún día veamos el Sol ¿no crees?- me dijo, -no lo sé, por ahora me conformo con un café caliente frente a la plaza...
Su muerte me había hecho perder toda inspiración y todo arte, sin embargo henos aquí, el y yó uno solo de vuelta, dos seres unidos en la oscuridad para formar un ser luminoso, ¿cómo se puede buscar luz en la oscuridad si no es iradiando una luz propia?
Me despido camaradas, los dejo con alguién que volvió para quedarse...
El Peregrino